1. No pases repentinamente de caliente a frío (o viceversa)
Por qué:
Un cambio repentino de temperatura, como pasar de un baño caliente a una habitación fría o enjuagarse con agua fría después de un baño caliente, puede provocar una constricción rápida de los vasos sanguíneos, lo que podría provocar un aumento repentino de la presión arterial o reducir el flujo sanguíneo al cerebro. Esto puede aumentar el riesgo de accidente cerebrovascular, especialmente en adultos mayores.
¿Qué hacer en su lugar?
Séquese inmediatamente y permanezca en un ambiente moderadamente cálido después del baño. Deje que su cuerpo se enfríe gradualmente.
2. No te acuestes ni tomes una siesta inmediatamente después del baño.
Por qué:
Una ducha o un baño caliente dilatan los vasos sanguíneos, lo que puede reducir la presión arterial. Acostarse o quedarse dormido demasiado pronto después puede reducir aún más la circulación, lo que podría provocar mareos, desmayos o un flujo sanguíneo cerebral deficiente; todo lo cual puede aumentar el riesgo de accidente cerebrovascular en personas vulnerables.
¿Qué hacer en su lugar?
Manténgase en posición vertical durante al menos 15 a 30 minutos después del baño. Esto le da tiempo a su cuerpo para normalizar la circulación.
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