Hojas de laurel para el dolor articular y la mala circulación: un remedio antiguo revitalizado

Mejora la circulación sanguínea:

Vasodilatación: El linalol y el eugenol relajan las paredes de los vasos sanguíneos, facilitando el flujo sanguíneo y aliviando la sensación de piernas pesadas, varices o manos frías.

Anticoagulante suave: Previene la formación de microtrombos que bloquean los capilares (estudio publicado en el Journal of Clinical Biochemistry and Nutrition, 2019).

Efectos analgésicos y relajantes musculares:

El eugenol actúa como un analgésico natural bloqueando las señales de dolor.

El magnesio y el potasio contenidos en las hojas ayudan a relajar los músculos tensos alrededor de las articulaciones enfermas.

Desintoxicante:

Estimula la eliminación de ácido úrico y toxinas asociadas a la inflamación articular.

Recetas naturales de uso práctico
1. Aceite de masaje antiinflamatorio
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Ingredientes:

10 hojas de laurel secas (o 15 frescas)

1 taza de aceite portador (aceite de oliva virgen extra, aceite de almendras o aceite de coco)

10 gotas de aceite esencial de jengibre (opcional, potencia el efecto)

Preparación:

Machacar las hojas de laurel en un mortero.

Calentar el aceite al baño maría (máximo 70 °C). Añadir la hoja de laurel y cocinar durante 20 minutos, sin que hierva.

Retirar del fuego, tapar y dejar enfriar durante 24 horas. Colar con un paño.

Si lo usa, agregue aceite esencial de jengibre.

Instrucciones:
Masajear sobre las articulaciones doloridas (rodillas, codos) o piernas pesadas dos veces al día. Conservar en un frasco oscuro (dura 3 meses).

2. Compresa de laurel y jengibre (para ataques agudos)
Ingredientes:

5 hojas de laurel

1 cucharada de jengibre fresco rallado

1 litro de agua

Preparación:

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