¿Fatiga constante, piernas pesadas, tez pálida? ¿Y si tus riñones te estuvieran diciendo algo? Estos dos pequeños y discretos órganos realizan una enorme labor: filtran la sangre y mantienen el equilibrio de todo el cuerpo. Pero ciertos hábitos cotidianos los perjudican más de lo que creemos. Te explicamos qué debes evitar para agradecerles… ¡y por fin darles un respiro!
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Me olvidé de beber… de verdad
No está de más enfatizarlo: ¡ beber agua es vital ! Si no bebes suficiente, la función de filtrado de tus riñones se ralentiza, lo que dificulta la eliminación de toxinas. ¿El resultado? Los desechos se acumulan en tu cuerpo y te cansas rápidamente.
Intenta beber al menos 1,5 litros de agua al día, o más si estás activo o hace calor.
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Demasiada sal, mal amiga del gusto

La consumimos automáticamente, a menudo sin pensar. Sin embargo, demasiada sal sobrecarga los riñones y favorece la retención de líquidos y la hipertensión. Se encuentra en grandes cantidades en muchos productos procesados (platos precocinados, embutidos, quesos, etc.). ¡Una razón más para cocinar desde cero!
Consejo sencillo: utiliza hierbas aromáticas para condimentar tus platos sin añadir sal.
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Contener las ganas de orinar durante demasiado tiempo
Todos experimentamos esto: aguantamos la orina porque tenemos prisa o no hay un baño cerca. Sin embargo, este mal hábito puede provocar una presión excesiva en la vejiga, lo que con el tiempo puede dañar los riñones.
¡Tan pronto como sientas la necesidad, escucha a tu cuerpo y ve al baño!
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Demasiado café es demasiado

Un pequeño café negro para despertarte, un segundo para ponerte en marcha, un tercero por costumbre… Pero cuidado, más de 1 o 2 tazas al día pueden suponer un esfuerzo excesivo para los riñones , sobre todo si va acompañado de deshidratación.
Reemplaza el café por infusiones o agua con limón para variar su disfrute sin cansar tus riñones.
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