La enfermedad del hígado graso alcohólico es una afección en la que la sangre no puede metabolizar el alcohol, lo que ejerce presión sobre el hígado.

La enfermedad del hígado graso no alcohólico es común en personas obesas y de mediana edad. Los pacientes sufren una acumulación excesiva de grasa en el hígado.

El problema con ambos tipos de hígado graso es la falta de síntomas tempranos que puedan ayudar al paciente a diagnosticar la enfermedad.

Sin embargo, hay síntomas que indican la presencia de un problema, como fatiga, pérdida repentina de peso, pérdida de apetito, náuseas, orina oscura, hematomas y manchas negras en la piel, generalmente en el cuello o las axilas.

A continuación se presentan algunos alimentos y suplementos que vale la pena incluir en su dieta para “reparar el daño”.

1. Plátanos

Los plátanos son ricos en potasio. Esta dulce fruta mejora la función depurativa del hígado y aporta la dosis diaria de potasio necesaria. Los plátanos mejoran la digestión y ayudan a eliminar toxinas.

2. Jengibre

La fibra del jengibre es beneficiosa para el sistema digestivo y el proceso de desintoxicación. Los antioxidantes fortalecen el sistema inmunitario y previenen infecciones.

Cocina unas rodajas de jengibre y disfruta de un té de jengibre. Esta raíz picante es excelente para salteados, ensaladas y batidos saludables.
3. Boniatos

El potasio presente en el boniato mejora la limpieza del hígado. Una porción de boniato aporta aproximadamente 700 ml de potasio.

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