Vacuna contra la COVID-19: cuatro años después, la lista de síntomas persistentes sigue creciendo.

Se requiere más investigación (10/10).
Además, todas las vacunas aumentaron significativamente el riesgo de miocarditis y pericarditis (inflamación del miocardio, el músculo responsable de la contracción cardíaca y la circulación sanguínea en todo el cuerpo). «Se han identificado otros problemas que requieren mayor investigación», indica la revisión. Los investigadores enfatizan que se necesita más investigación para determinar la relación entre la vacuna y estos efectos secundarios.

Ante esta alarmante situación, se desarrollaron con urgencia vacunas contra la COVID-19. Tras casi cinco años de observación y análisis, ahora conocemos los efectos secundarios de las distintas vacunas administradas.

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