Había dedicado gran parte de su vida adulta a buscar esta respuesta y ahora la tenía. El traslado de don Aurelio de Tijuana a Puerto Vallarta se realizó con extremas medidas de seguridad. A los 71 años seguía siendo considerado un riesgo de fuga debido a sus conexiones y recursos financieros.
También existía preocupación de que intentara sobornar o intimidar a testigos antes del juicio.
Carmen decidió estar presente cuando don Aurelio llegara a la cárcel de Puerto Vallarta. quería que viera su rostro y supiera que la hermana de Rosa había persistido en la búsqueda de justicia durante todos estos años. Don Aurelio llegó esposado y flanqueado por agentes federales. A pesar de su
edad y la gravedad de las acusaciones, mantenía una postura altiva y desafiante.
Sus ojos se encontraron brevemente con los de Carmen, pero no mostró ninguna expresión de remordimiento o reconocimiento. El detective Contreras había preparado meticulosamente el interrogatorio. tenían la confesión de Sergio Gutiérrez, evidencia física irrefutable, testimonios de múltiples
testigos y documentos que probaban el patrón de comportamiento criminal de don Aurelio.
Don Aurelio, hemos encontrado los cuerpos de Rosa Sánchez Morales y Eduardo Mendoza Herrera enterrados en su propiedad. También tenemos la confesión completa de Sergio Gutiérrez sobre su participación en los asesinatos. Don Aurelio permaneció en silencio consultando ocasionalmente con su abogado,
el licenciado Patricio Alvarado Sandoval, un penalista prestigioso de Guadalajara que había aceptado defender el caso. “Mi cliente no tiene comentarios sobre estas acusaciones en este momento”, dijo el abogado.
“Reservaremos nuestra defensa para el juicio correspondiente.” El detective continuó presentando evidencia. También encontramos fotografías comprometedoras de múltiples huéspedes, incluyendo a Rosa, lo que demuestra un patrón de comportamiento predatorio.
Sus propios registros muestran pagos irregulares a la empresa de seguridad que proporcionó los asesinos. Don Aurelio finalmente habló. Detective, yo soy un empresario respetado en esta comunidad durante más de 30 años. No voy a permitir que destruyan mi reputación basándose en las palabras de
criminales que buscan reducir sus propias condenas.
Carmen sintió rabia al escuchar la arrogancia de don Aurelio. Incluso enfrentando evidencia irrefutable, se negaba a admitir responsabilidad por los asesinatos que había ordenado. “Su reputación ya está destruida”, intervino Carmen. “Usted asesinó a mi hermana y a su esposo y después vivió
tranquilamente durante 16 años. Mientras nuestras familias sufrían sin saber qué había pasado, don Aurelio la miró con desprecio.
Señora, usted ha estado obsesionada con teorías de conspiración durante años. Ahora está utilizando a delincuentes para fabricar una historia fantástica. El detective Contreras presentó entonces las páginas del diario de Rosa. Don Aurelio, su propia víctima, documentó las interacciones con usted.
Rosa escribió específicamente sobre la cena en su restaurante privado y sobre el nerviosismo de Eduardo después de descubrir algo comprometedor.
La expresión de don Aurelio cambió ligeramente al escuchar sobre el diario. Evidentemente no sabía que Rosa había estado documentando los eventos de esos días. Su abogado pidió un receso para consultar privadamente con su cliente. Carmen pudo observar a través del vidrio de la sala de
interrogatorios como don Aurelio y su abogado tenían una conversación intensa.
El abogado parecía estar presionándolo para que considerara algún tipo de negociación. Cuando reanudaron el interrogatorio, el licenciado Alvarado había cambiado su estrategia. Detective, mi cliente está dispuesto a proporcionar información sobre operaciones más amplias de lavado de dinero a cambio
de consideración en las acusaciones de homicidio. El detective consultó con el fiscal antes de responder.
El homicidio múltiple calificado no es negociable. Su cliente puede cooperar con información adicional, pero enfrentará la justicia completa por los asesinatos de Rosa y Eduardo. Don Aurelio se dio cuenta de que no tenía opciones viables. La evidencia era demasiado sólida y los testimonios
demasiado detallados para crear dudas razonables ante un jurado.
Está bien, dijo. Finalmente proporcionaré información completa sobre las operaciones de lavado de dinero que manejaba a través del hotel, pero quiero que quede claro que yo no maté personalmente a nadie. Sergio Gutiérrez y Vicente Salazar fueron quienes cometieron los actos violentos. Carmen sintió
satisfacción al escuchar esa admisión parcial.
Don Aurelio finalmente había reconocido su participación en los crímenes, aunque tratara de minimizar su responsabilidad. El detective continuó presionando por detalles específicos. Don Aurelio, explique exactamente qué pasó la noche del 21 de abril de 1994. Don Aurelio miró hacia el techo antes de
responder. Eduardo Mendoza había revisado los registros financieros del hotel durante su estancia, tenía conocimientos de contabilidad y había identificado discrepancias que sugerían lavado de dinero.
Me confrontó esa mañana amenazando con reportar sus sospechas a las autoridades. ¿Por qué no simplemente les permitió irse del hotel? Eduardo había visto demasiado. Conocía detalles específicos sobre las operaciones financieras. Si hubiera reportado esa información, habría arruinado mi negocio y me
habría enviado a prisión.
Carmen interrumpió, así que decidió asesinar a una pareja inocente en lugar de aceptar las consecuencias de sus crímenes. Don Aurelio la miró con frialdad. Señora, usted no entiende las complejidades de los negocios en esa época. Había mucho dinero involucrado y personas muy peligrosas que
esperaban discreción absoluta. La confesión continuó durante varias horas.
revelando detalles sobre la red de lavado de dinero que había operado a través del hotel Marisol durante años. Don Aurelio había procesado millones de pesos para organizaciones criminales, utilizando el turismo como fachada para justificar grandes flujos de efectivo.
También confirmó los abusos sexuales que había cometido contra huéspedes femeninas durante años, utilizando drogas para incapacitarlas y después chantajeándolas con fotografías comprometedoras. Carmen se sintió satisfecha, pero también exhausta emocionalmente. Después de años de búsqueda,
finalmente tenía respuestas completas, pero el conocimiento de lo que había sufrido Rosa era devastador.
El interrogatorio de don Aurelio Vázquez continuó durante tres días consecutivos, del 25 al 27 de marzo de 2010. Con cada sesión se revelaban más detalles sobre la extensión de sus operaciones criminales y las circunstancias específicas de los asesinatos de Rosa y Eduardo. Carmen asistió a cada
interrogatorio tomando notas meticulosas y grabando mentalmente cada palabra.
Después de 16 años sin respuestas, necesitaba conocer todos los detalles, por dolorosos que fueran. Don Aurelio, explique exactamente cómo murió Rosa Sánchez. exigió el detective Contreras durante la segunda sesión. Don Aurelio consultó con su abogado antes de responder. Ya había admitido su
participación general, pero los detalles específicos lo incriminarían aún más.
Después de que Sergio y Vicente se llevaron a Eduardo, yo subí a la habitación 237. Rosa estaba llorando, preguntando dónde estaba su esposo. Le dije que Eduardo había tenido un problema con unos documentos de turismo y que necesitaba resolverlo en la oficina. Rosa le creyó al principio. Sí, estaba
preocupada, pero confiaba en mi explicación.
La convencí de que bajara conmigo al restaurante privado para tomar algo que la tranquilizara mientras Eduardo regresaba. Carmen cerró los ojos imaginando el terror que había sentido su hermana cuando se dio cuenta de que estaba en peligro. ¿Qué le dio de beber? Brandy, mezclado con Roy Nol, quería
que estuviera inconsciente para poder, para hacer lo que necesitaba hacer. Sea específico sobre lo que hizo. Don Aurelio miró hacia el piso.
La violé mientras estaba inconsciente. Había estado planeando hacerlo desde que la vi llegar al hotel. era muy atractiva y su esposo era demasiado protector. Carmen sintió náuseas. Don Aurelio había planeado violar a Rosa desde el momento en que llegó al hotel.
El asesinato de Eduardo había sido simplemente una oportunidad para llevar a cabo sus intenciones criminales. ¿Por qué decidió matarla? Cuando comenzó a despertar, empezó a recordar fragmentos de lo que había pasado. Gritaba el nombre de Eduardo y decía que iba a reportar todo a la policía. no
podía permitir que viviera con esa información.
El detective continuó presionando por detalles. ¿Usted personalmente la mató? No. Llamé a Sergio y Vicente para que se encargaran. Vicente la golpeó con una barra de metal que habíamos usado para matar a Eduardo. Murió inmediatamente. Carmen luchó por mantener la compostura.
Su hermana había despertado parcialmente de la droga y había entendido que algo terrible estaba pasando, pero no había podido defenderse. ¿Dónde enterraron los cuerpos? En el área donde estaba planeando construir la ampliación del restaurante, habíamos excavado dos hoyos profundos. Envolvimos los
cuerpos en lona plástica y los enterramos esa misma noche.
¿Por qué también enterraron las pertenencias? quería crear la impresión de que la pareja había decidido irse espontáneamente abandonando algunas cosas, pero después me di cuenta de que era más seguro enterrar todo para eliminar cualquier evidencia. El detective Contreras presentó entonces las
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