3. Analgésicos como aspirina, naproxeno y diclofenaco.
El consumo excesivo de AINE aumenta la retención de líquidos, aumenta la presión arterial y puede provocar enfermedad renal crónica. Los síntomas incluyen hinchazón, fatiga, náuseas y disminución de la micción.
4. Antibióticos aminoglucósidos
Medicamentos como la gentamicina o la amikacina, aunque eficaces contra infecciones graves, pueden causar nefrotoxicidad, afectando a las nefronas que purifican la sangre y producen orina. Su uso requiere estricta supervisión médica.
5. Litio para el trastorno bipolar
El tratamiento prolongado con litio puede causar insuficiencia renal y diabetes insípida nefrogénica. Por lo tanto, los usuarios deben someterse a controles regulares con nefrólogos y psiquiatras.
6. Diuréticos
Aunque ayudan a tratar la hipertensión y la retención de líquidos, los diuréticos aumentan la carga de trabajo de los riñones, lo que puede causar deshidratación, desequilibrio electrolítico e insuficiencia renal con el tiempo.
7. Medicamentos para la presión arterial
Algunos inhibidores del sistema renina-angiotensina (RAS) pueden afectar la función renal con el tiempo. A pesar de estos hallazgos, no deben suspenderse sin consejo médico, ya que son esenciales para controlar la hipertensión.

Consejos y recomendaciones para proteger tus riñones
- Controle su presión arterial con controles regulares.
- Mantenga un peso saludable reduciendo el exceso de peso.
- Controle sus niveles de azúcar en la sangre si es diabético.
- Realice análisis de orina periódicamente para detectar proteinuria.
- Evite la automedicación, incluso con medicamentos de venta libre.
- Deshazte de hábitos nocivos como el tabaco y el consumo excesivo de alcohol.
- Controla factores cardiovasculares como el colesterol y los triglicéridos.
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