1. Dolor de espalda inexplicable

El dolor de espalda es algo que muchas personas experimentan, ya sea por tensión, mala postura o lesión. Sin embargo, cuando el dolor de espalda es persistente e inexplicable, podría ser un indicio de algo más grave.

El cáncer en etapa temprana, especialmente el cáncer de pulmón, páncreas o riñón, puede causar dolor de espalda. Este dolor se produce debido a la presión ejercida sobre los nervios, músculos o huesos cercanos al tumor. En particular, se sabe que el cáncer de páncreas suele presentar dolor de espalda como uno de sus primeros síntomas. El dolor puede comenzar gradualmente y empeorar con el tiempo, extendiéndose a menudo por la espalda o la parte inferior del abdomen.

Si experimenta un dolor de espalda persistente o severo que no responde a los tratamientos comunes, como el descanso o los analgésicos de venta libre, es fundamental consultar a un médico sin demora.

2. Dolor abdominal persistente

Este es otro síntoma común que puede estar relacionado con el cáncer en etapa temprana, en particular el cáncer de estómago, hígado u ovario. Si bien muchas personas asocian el dolor abdominal con indigestión, gases o úlceras estomacales, es importante reconocer cuándo el dolor persiste y no desaparece.

El cáncer de estómago en etapa temprana, por ejemplo, puede causar molestias en la parte superior del abdomen, que pueden manifestarse como hinchazón o un dolor sordo. A medida que el cáncer progresa, el dolor puede volverse más agudo e intenso.

En el caso del cáncer de ovario, las mujeres pueden experimentar dolor pélvico o abdominal, a menudo acompañado de hinchazón o cambios en el apetito. Si el dolor abdominal es frecuente, recurrente o intenso, especialmente si se acompaña de otros síntomas como pérdida de peso, náuseas o dificultad para comer, es fundamental consultar con un profesional de la salud para una evaluación más exhaustiva.

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