El sistema digestivo juega un papel importante
Regurgitación ácida, estómago congestionado o simple indigestión: estos trastornos gástricos imitan con maestría un problema cardíaco. ¿Su característica? Un calor que sube y se intensifica después de comer, especialmente al acostarse. La solución: comidas ligeras, evitar los alimentos que provocan acidez estomacal y las propiedades calmantes de las hierbas digestivas.
Estrés y emociones: el vicio invisible

No es solo una metáfora: la ansiedad puede comprimir la caja torácica. Ataques de pánico, tensión nerviosa… La sensación de opresión suele ir acompañada de sudoración en las palmas de las manos, mareos o palpitaciones. ¿El antídoto? Respiración consciente: inhala profundamente por la nariz, exhala lentamente por la boca y deja que la calma regrese.
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