- Ubicar el cabecero contra una pared sólida, lejos de puertas o ventanas.
- Evitar que los pies apunten directamente hacia la puerta.
- De ser imposible cambiar la posición, colocar una pantalla, biombo o planta entre la cama y la puerta.
- Mantener el espacio debajo de la cama libre de objetos para permitir el flujo del Chi.
¿Superstición o sabiduría ancestral?
Aunque no existen estudios científicos que respalden estas afirmaciones, muchas personas aseguran experimentar mejoras en su calidad de sueño, salud emocional y prosperidad al seguir estas prácticas. Al final, el Feng Shui puede verse como una herramienta de armonización del entorno, más allá de lo esotérico.
Conclusión
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