Mal aliento: Un remedio casero para un aliento fresco

¿Alguna vez te has preguntado por qué tu aliento no refresca a pesar de cepillarte bien los dientes? Este pequeño problema, a menudo tabú, puede convertirse rápidamente en una fuente de vergüenza. Pero quizás haya una solución natural, sencilla y especialmente efectiva escondida en tu cocina…
esos pequeños grumos blancos que te arruinan el aliento (y que nadie se atreve a mencionar).

Quizás hayas notado pequeños bultos blancos y malolientes en la parte posterior de la garganta. A veces se desprenden solos al toser o pasan desapercibidos en las amígdalas. Estos pequeños crecimientos antiestéticos y a menudo ignorados tienen un nombre: cálculos amigdalinos. Consisten en una mezcla de restos de comida, células muertas y bacterias, y son una de las causas más insidiosas del mal aliento persistente. Incluso una higiene bucal impecable no siempre es suficiente para prevenirlos. Entonces, ¿deberíamos preocuparnos? En realidad no, pero es hora de hablar de ello… y descubrir maneras sencillas de limitarlos o incluso prevenirlos. Cuando la higiene ya no es suficiente: ¿Por qué tenemos mal aliento?

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