Sumerge la maceta en agua de arroz durante 10 minutos una vez a la semana.
Rocía las hojas de la orquídea regularmente para mantenerlas hidratadas.
Asegúrate de que el sustrato se mantenga húmedo, pero nunca demasiado empapado.
Vigila las hojas y raíces para detectar signos de estrés o enfermedades.
El resultado: una orquídea completamente restaurada
Después de seguir este método durante aproximadamente dos meses, su orquídea, que estaba moribunda, se habrá recuperado por completo:
Se habrán desarrollado raíces fuertes y sanas, lo que permitirá una mejor absorción de nutrientes.
Hojas verdes y frescas reemplazarán a las amarillentas.
La orquídea recuperará su vitalidad y estará lista para florecer de nuevo pronto.
Conclusión
Revivir una orquídea con raíces podridas es totalmente posible con el cuidado y la paciencia adecuados. Al eliminar las raíces dañadas, desinfectarla con bicarbonato de sodio, trasplantarla con musgo seco y nutrirla con agua de arroz, su orquídea puede recuperar su salud y florecer. Con el cuidado adecuado, su orquídea seguirá creciendo fuerte y producirá hojas verdes vibrantes y hermosas flores durante muchos años.