Picazón persistente: un mensaje del hígado

La picazón en los pies, a veces intensa y sin sarpullido visible, puede ser señal de un exceso de bilis en el organismo. Esto ocurre especialmente cuando las vías biliares están obstruidas o deterioradas, como en ciertas enfermedades hepáticas colestásicas.
Si este picor aparece a menudo durante la noche, o sin motivo aparente, merece la pena una pequeña revisión.
Hormigueo, entumecimiento… ¿y si es neurológico?

Otro síntoma menos frecuente, pero igualmente revelador, es la parestesia: esa sensación de hormigueo o entumecimiento en los pies. En algunos casos, puede estar relacionado con una neuropatía periférica, a veces desencadenada por una enfermedad hepática avanzada o trastornos relacionados con la hepatitis.
Nuevamente, no hay necesidad de preocuparse demasiado, pero es una buena idea hablar con su médico si estas sensaciones son frecuentes o empeoran.
Otras señales que no debemos ignorar

Aunque los pies pueden ser verdaderos indicadores de salud, otras señales también deben alertarnos, entre ellas:
Piel u ojos amarillentos (ictericia)
fatiga persistente
Dolor abdominal
Orina oscura o heces de color muy claro
Náuseas frecuentes
¿Cómo cuidar tu hígado diariamente?
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