3. Proporcione un entorno adecuado
En lugar de trasplantar la orquídea inmediatamente, envuelva las raíces en turba ligeramente húmeda (un musgo natural que retiene el agua). Luego, coloque la orquídea en una maceta transparente que deje entrar la luz y mantenga suficiente humedad, sin exceso de agua estancada.
4. Proporcione suficiente luz
Las orquídeas necesitan luz, pero no la luz solar directa, ya que quemará sus hojas. Un lugar cerca de una ventana orientada al este o al oeste es ideal.
5. Tenga paciencia y observe las señales de recuperación.

Riegue con moderación y mantenga una humedad constante, pero no riegue en exceso. Después de unas semanas, ¡debería ver nuevas raíces o incluso hojas jóvenes brotar!
La satisfacción de ver florecer una orquídea de nuevo.
Revivir una orquídea lleva tiempo, ¡pero qué satisfacción es ver brotar los primeros brotes! Esta experiencia nos recuerda que la naturaleza está llena de sorpresas y que incluso una planta aparentemente perdida puede revivir con un poco de atención. Así que, antes de tirar tu orquídea, prueba estas técnicas: ¡te sorprenderás gratamente!
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