Cada comida deja su buena dosis de salpicaduras, grasa solidificada y residuos quemados que convierten tus placas en auténticos campos de batalla… Pero si crees que es imposible renovarlas sin productos químicos, ¡piénsalo de nuevo! Hay soluciones mucho más suaves (y, de hecho, más efectivas) para devolverles el brillo. ¿Te interesa? Espera a descubrir lo que ya tienes en tus armarios…
Placas de cocina sucias: el verdadero problema

Agua jabonosa y bicarbonato: la combinación mágica
¿Creías que el agua jabonosa solo servía para hacer burbujas a los niños? ¡Piénsalo de nuevo! Es tu mejor aliado contra la grasa.
- Remojar los platos en agua muy caliente con detergente lavavajillas añadido o, mejor aún, jabón líquido de Marsella .
- Déjalo reposar durante 15 minutos. El calor y el jabón aflojarán gran parte del residuo.
- Luego, espolvorea bicarbonato de sodio sobre una esponja húmeda y frota. Esta combinación es muy efectiva : el jabón desengrasa mientras que el bicarbonato pule sin rayar.
- Enjuague y seque completamente con un paño de microfibra .
Resultado: placas como nuevas, sin una gota de químico.
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