A la mayoría nos da pavor limpiar el horno. La suciedad incrustada, la grasa difícil de quitar y el inevitable fregado… no es de extrañar que a menudo pospongamos la limpieza del horno. ¿Pero qué pasaría si te dijera que hay un truco que puede hacer que esta tarea tan odiada sea más fácil, rápida y sin usar productos químicos?
Hace poco descubrí un método que ha transformado por completo mi forma de limpiar el horno: la limpieza a vapor. Tras probarlo, puedo afirmar con seguridad que no volveré a usar otro método. Aquí te cuento por qué la limpieza a vapor es el truco definitivo para limpiar el horno que tienes que probar.
Cómo funciona la limpieza a vapor
La limpieza del horno con vapor es un proceso sencillo pero eficaz que utiliza el poder del vapor de agua caliente para aflojar la suciedad y el polvo. El concepto básico es simple: se coloca un recipiente con agua en el horno, se sube la temperatura y se deja que el vapor haga su magia. El calor convierte el agua en vapor, que ablanda las manchas difíciles, los restos de comida quemada y la grasa. Después del proceso de vapor, se pueden eliminar fácilmente los residuos sin necesidad de frotar con fuerza ni utilizar productos químicos agresivos.
Aquí tienes una guía paso a paso para limpiar tu horno con vapor:
Paso 1: Reúne tus materiales
Agua: ¡El ingrediente más importante! El agua del grifo funciona a la perfección.
Un recipiente resistente al calor: Un recipiente grande apto para horno o una bandeja para hornear que pueda contener agua.
Vinagre (opcional): Para un mayor poder desengrasante, puedes añadir una taza de vinagre al agua.
Un paño suave o una esponja: Para limpiar la suciedad después de que el vapor haya hecho su trabajo. Una
espátula o raspador (opcional): Si hay manchas muy difíciles, un raspador suave puede ayudar a ablandarlas.
Un recipiente resistente al calor: Un recipiente grande apto para horno o una bandeja para hornear que pueda contener agua.
Vinagre (opcional): Para un mayor poder desengrasante, puedes añadir una taza de vinagre al agua.
Un paño suave o una esponja: Para limpiar la suciedad después de que el vapor haya hecho su trabajo. Una
espátula o raspador (opcional): Si hay manchas muy difíciles, un raspador suave puede ayudar a ablandarlas.
Paso 2: Precalentar el horno