Poliuria nocturna: Esta necesidad frecuente de orinar durante la noche, similar a la de un grifo que gotea, puede indicar un nivel alto de azúcar en la sangre que los riñones intentan eliminar.
Sed excesiva: Beber un vaso de agua antes de acostarse es normal, pero despertarse con la garganta seca repetidamente puede indicar hiperglucemia.
Sudores nocturnos: Sudar profusamente sin motivo aparente puede estar relacionado con la hipoglucemia (una caída repentina del azúcar en la sangre).
Hambre nocturna: Un apetito repentino y voraz en mitad de la noche puede indicar un desequilibrio en los niveles de azúcar en la sangre.
Insomnio y despertares frecuentes: Un cerebro sin un control adecuado del azúcar en la sangre tendrá más dificultades para conciliar un sueño profundo y reparador.

¿Por qué la diabetes altera tanto tus noches?
Piensa en tu cuerpo como una orquesta: para tocar una hermosa sinfonía, todos los instrumentos deben estar perfectamente afinados. Con la diabetes, es como si algunos músicos desafinaran. El resultado: despertares nocturnos repetidos que alteran tu ritmo natural.
Los niveles de azúcar en sangre fluctúan naturalmente durante la noche. En una persona con diabetes, estas variaciones son más extremas y crean una auténtica montaña rusa emocional para el cuerpo: un pico de hiperglucemia a primera hora de la noche, hipoglucemia a primera hora de la mañana, etc.