Beneficio n.° 9: Infusión de pepino y menta: la heroína de la hidratación.
Sarah, de 61 años, luchaba contra el cansancio de la tarde, con su creatinina rondando los 1,4 por la ingesta irregular de agua. Las noches le traían piernas inquietas, como susurros de inquietud. Un sorbo frío de pepino y menta (las rodajas crujientes desprendían notas frescas y herbales) la convertía en su desestresante. El contenido de agua del pepino, combinado con el frescor de la menta, puede eliminar toxinas durante la noche. Los niveles de Sarah mejoraron; el sueño se profundizó como un arroyo fresco. Imagina ese cosquilleo mentolado que indica la liberación. Pero espera, la baya estalla en la siguiente batalla con más ferocidad.
Beneficio n.° 8: Té de hibisco y arándanos: armadura antioxidante.
Tom, de 67 años, se estremeció al ver su nivel de creatinina en 1.7, el estrés oxidativo de años de trabajo en el escritorio agotando sus riñones. La melancolía vespertina reflejaba su fatiga. El hibisco infusionado con arándanos —con sus tonos rubí ácidos floreciendo, la dulzura de las bayas desplegándose— cambió el rumbo. Los flavonoides pueden proteger contra los radicales libres, lo que ayuda a controlar la creatinina. La vitalidad de Tom aumentó; los paseos al amanecer regresaron. ¿Tu cuerpo anhela este escudo púrpura? El fuego del jengibre calienta lo que viene.
Beneficio n.° 7: Té de jengibre: estimula la circulación y calienta
Linda, de 59 años, sintió el frío de 1.5 de creatinina en las articulaciones; la mala circulación intensificaba los dolores. La angustia de la hora de dormir se cernía sobre ella. Rodajas de jengibre fresco en agua caliente —el vapor picante que ascendía, un abrazo ardiente en su garganta— desencadenaron el cambio. Los gingeroles podrían mejorar el flujo sanguíneo, aliviando la carga renal. El calor de Linda se extendió; la creatinina bajó a 1.2. ¿Esa chispa de renovación? ¿La tuya ahora? El sabor ácido del arándano lo protege abajo.
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